El pueblo de Alesanco por un día se olvidó de las extrañas desapariciones y muertes que estaban
sucediendo en la villa. Ese viernes por la mañana había mucho revuelo en el pueblo, todo el
mundo quería ver al presidente de La Rioja. El presidente Pedro Sainz venía a inaugurar la nueva
granja que había sido rehabilitada en Alesanco. Meses atrás una empresa con origen
latinoamericano había venido al pueblo a expandir su negocio. La empresa era muy conocida en
países de américa del sur, su nombre era Hermanos Cerdo. Debido al mal estado de España
habían decidido ampliar sus fronteras y montar una delegación en La Rioja, en Alesanco.
Hermanos Cerdo había comprado una gran granja situada a las afueras de la población y la había
rehabilitado de manera integral, con la tecnología más puntera del sector. El complejo además
de la granja, incluía matadero, fábrica cárnica y un bloque de viviendas para los empleados, todo
en el mismo recinto. Los trabajadores habían venido casi todos trasladados desde México y
Venezuela, y debido a las largas jornadas laborales para tener todo a punto para ese día, poco
se les había visto por el pueblo. Que en Alesanco una empresa de ese calibre invirtiese ahí era
todo un acontecimiento.
Abel y Eduardo ajenos a todo el revuelo mediático del pueblo estaban encerrados en la granja
de Eduardo. Abel había llevado las tizas que Edu le había pedido. Estaban los dos muy
conmocionados todavía debido a los acontecimientos de la noche anterior y de la muerte de
Arkaitz. Además Eduardo también había perdido el coche, la policía tardaría poco en
interrogarle, así que había decidido que en cuanto terminase de cocinar la Haricotiza azul, esa
misma mañana iría al cuartel a denunciar el robo de su Audi TT. Mientras tanto Abel y Edu
cocinaban la Haricotiza azul.
-“ Joder, Arkaitz muerto, esto es una locura. Creo que tenemos que hablar con la policía, estamos
en un lio de narices.”- Dijo Abel.
-“ Policía?, un cojón. Estamos metidos en esto hasta el cuello. Terminaremos de cocinar la
Haricotiza, la empaquetaremos y el domingo por la tarde se la vendemos al Cheetos como ya
hemos quedado.”- Dijo Eduardo.
-“ Joder, el Cheetos. Y es de fiar?.”- Dijo Abel.
-“ Tú no te preocupes Abel, El Cheetos me conoce porque es amigo del Tordo. Por esta mierda
nos va a dar más de 100.000 €, ya verás. Vamos a ganar mucho dinero. Así que hazme caso. Hay
que ser lo más cuidadoso posible.”- Dijo Edu.
-“ Ya tío, pero lo que está en boca de todos es la Haricotiza rosa, esa que sale todos los días en
las noticias. Y cuando se entere Nety de que estamos copiándole la idea, nos van a hacer algo.
Supongo que serán mafias chungas.”- Dijo Abel preocupado.
-“ Ya te he dicho que no yo tengo nada que ver con la Haricotiza rosa. La fórmula la encontré en
una página de internet que algún narco que trabaja para La Nety subió y yo solo la he copiado.
Además ahora la página esta borrada y seguro que el que la ha subido muerto. Esta fórmula por
una casualidad ha llegado a nuestras manos y no pienso desaprovecharla.”- Dijo Edu
mintiéndole a Abel.
-“Ya tío, tienes razón. No sé es que todo lo que está pasando en este pueblo, hemos perdido a
la mitad de la cuadrilla por una cosa u otra en poco más de dos meses, es raro. Ya solo faltaría
que se nos llenase el pueblo de mafia narcotraficante enviados por La Nety esa para acabar con
nosotros.”- Dijo Abel.
-“ Además ahora estamos nosotros dos, lamentablemente Arkaitz ya no cuenta. Más para
repartir. El Cheetos es de fiar créeme.”- Dijo Edu.
-“ Machete.”- Terminó por decir Abel.
Terminaron de cocinar la Haricotiza, la empaquetaron y la dejaron lista para entregársela al
Cheetos el domingo. La cargaron en el maletero del coche de Edu y cerraron el pabellón. Abel Y
Edu se bajaron a la plaza. Abel se fue a directo a casa y Eduardo se encontró en medio de la plaza
con Natalia.
-“Eres un cabrón, no sé cómo nos puedes hacer esto. Se supone que somos amigos.”- Dijo
Natalia.
-“ Otra vez con lo mismo?. Olvídate de la Haricotiza, hacerme caso. Coger el dinero que tenéis
en la casa de la ermita y repartíroslo, os toca un buen pellizco a cada uno.”- Dijo Eduardo.
-“ No, la Haricotiza la inventamos los dos, no me puedes dejar al margen de esto. Podemos
repartir el mercado, tú vendes Haricotiza azul y nosotros la rosa. Puede funcionar.”- Dijo Natalia.
-“ Hacer lo que queráis, El Cheetos ahora va a hacer negocios conmigo, eso que os quede claro.
Si sois capaces de encontrar quien os suministre tanta cantidad de harina sin levantar sospechas,
adelante. Pero en este mercado de la droga solo hay sitio para los mejores, los días de la
Haricotiza rosa están contados. Vete despidiéndote de La Nety.”- Dijo Edu.
-“Iré a la policía y lo contare todo, si yo no puedo vender tú tampoco. Ha muerto Arkatiz e iba
con tu coche, estas hasta el culo de mierda, te pillaran.”- Dijo Natalia.
-“ No vas a ir a la policía porque tú también irías a la cárcel, y María, Richi y Alberto. No eres
capaz. Asume que has perdido. Tuviste tu momento de gloria pero ya paso.”- Dijo Eduardo.
-“Esto no va a quedar así, no puedes hacer esto. Voy a hablar con Abel. Se lo voy a contar todo.”-
Dijo Natalia.
-“Adelante cuéntaselo todo, ya lo sabe. Abel está conmigo a muerte. Nos vamos a hacer ricos y
vamos a disfrutar del dinero, no como vosotros escondiéndoos siempre.”- Dijo Eduardo.
-“Nadie me va a joder, esto no va a terminar así. Ándate con ojo Edu.”- Dijo Natalia furiosa.
-“ Bien, lo que quieras.”- Dijo Edu despidiéndose con la mano y con una gran sonrisa triunfal en
la cara.
Eduardo se marchó hacia casa de su abuela al tiempo que María se acercaba desde lejos.
-“ Hola, que te cuenta este?. Menudo cabrón. Vaya amigo.”- Dijo María.
-“ Nada, venir a reírse a nuestra puta cara. Te has enterado de lo de Arkaitz?. Menuda movida.”-
Dijo Natalia
-“Si, lo he odio antes en la radio. Edu nos ha jodido todo el chiringuito. Solo tenemos una última
entrega que hacer de Haricotiza. Esto se ha acabado.”- Dijo María.
-“Eso ya lo veremos…”- Dijo Natalia.
Y las dos amigas se fueron de vinos con Richi hasta la hora de comer. Y como estaban en los
bares rodeados de mucha gente no volvieron a hablar del tema.
Después de comer, Natalia estaba regando su tiesto de ricino, ya tenía frutos. Dentro de poco
las semillas estarían tan maduras como para poder extraer de ellas su toxina, la ricina. Mientras
terminaba de guardar la regadera su móvil vibró. Era el Whatsapp. Era el grupo de Alesancadas,
habían quedado en el bar de la plaza, el bar de la Conchi a las 7:00 de la tarde para ir de vinos.
Con un poco de suerte igual se encontraban con el presidente de La Rioja que se había quedado
a comer en Alesanco.
Natalia estuvo dándole vueltas gran parte de la tarde a cómo resolver el problema. Eduardo se
había convertido en un gran problema y tenía que solucionarlo. De repente una expresión
macabra se dibujó en su rostro, ya sabía cómo iba a finiquitar ese inconveniente, aunque para
ello se produjesen daños colaterales. Después ya se lo contaría a los demás, que seguro que se
lo agradecerían. La Haricotiza era su obra y nadie iba a quitárselo, no iba a permitir que eso
pasase sin luchar hasta el final.
A las 6:30 de la tarde Natalia salió de casa de su abuela y se dirigió al bar de la plaza, al bar de la
Conchi. Entró empujando las pesadas puertas y se acercó a la barra. A esas horas solo estaba de
camarera Morena, que estaba poniendo dos cortados para una pareja de cincuentones que
estaban sentados en una mesa del fondo. En otra mesa estaban jugando la partida una cuadrilla
de hombres del pueblo, y en otra mesa junto a la puerta, estaban jugando a las cartas cuatro
mujeres. Era un día típico de viernes por la tarde.
-“ Hola Natalia, que quieres que te ponga?.”- Le preguntó amablemente Morena.
-“Ponme un café con leche, que todavía es pronto para los vinos, aunque estos no tardarán
mucho en llegar.”- Dijo Natalia.
Morena le puso el café con leche y estuvieron las dos hablando un rato mientras Natalia se
tomaba el café.
-“ Oye, te importa se salga un momento a fumar afuera y le echas un ojo a esto?. Que ahora no
va a pedir nadie, que está la cosa muy tranquila. Y cuando salga la gente a tomar vinos no voy a
poder salir a fumar.”- Dijo Morena.
-“Por supuesto, sal tranquila afuera.”- Dijo Natalia.
-“ Ok, gracias.”- Dijo Morena mientas cogía el paquete de tabaco.
Morena salió del bar y se sentó en el banco de piedra de al lado de la puerta, se encendió un
pitillo. Mientras tanto Natalia, lo más rápido que pudo, entró dentro de la barra y entró en la
cocina. La gente del bar estaba a lo suyo. Natalia rebusco por la cocina y abrió el gas, todos los
quemadores, el gas salía con fuerza por los quemadores, la cocina enseguida empezó a oler. Una
vez asegurada de que todo estaba abierto, salió a la barra y salió de ella, volviendo al taburete
que ocupaba antes de que Morena saliese a fumar, al lado de su taza de café vacía. Poco
instantes de pues entro Morena. Natalia le pago el café.
-“Bueno voy un momento a casa, que me he olvidado una cosa.”- Dijo Natalia mientras metía
las vueltas en su monedero.
-“Ok, pues luego te veo. Maja.”- Dijo Morena.
Natalia salió del bar a la vez que Clea arrancaba su coche en Canillas. Clea había quedado con
Pepe para tomar unos vinos en Alesanco, habían quedado a las 7:00. El gas seguía saliendo.
Eduardo salió de casa a las 6:55 h para ir a la Conchi. En ese instante en el bar entraban la
Virginia, Pepe, Diego, Kavila, Edurne y María Del Hoyo. Morena les sirvió unos vinos. Abel ese
día entrenaba. El gas seguía saliendo.
Cuando estaban tomándose el primer vino, el coche de Clea entró en la plaza, al mismo tiempo
que Eduardo ya pasaba el Bar puente, a escasos cien metros del bar de la Conchi. El gas seguía
saliendo.
Llegó Raquel saludando a Morena y se metió dentro de la barra. En ese instante Jose y Pinedo
entraron por la puerta del bar. David (Avellan) salía del cajero de la plaza con la cartera llena,
con dirección el bar de la Conchi. El gas seguía saliendo.
-“ Joder como huele a gas aquí no?.”- Dijo Raquel mirando a Morena.
Entonces Alvarito sacó de su chaqueta de gentleman un paquete de tabaco y se puso un cigarro
en la boca. Buscó un mechero y se lo acercó a la punta del cigarro.
-“Álvaro, te he dicho cien veces que no se fuma dentro del b…”- Raquel no pudo terminar la
frase.
Álvaro justo cuando Raquel estaba echándole la bronca encendió el mechero.
Todo ocurrió muy rápido. Alrededor de la cara de Alvarito y de su mechero, en instantes, se
creó una gran bola de fuego azul. Todos los que estaban en el bar se quedaron mirándolo.
Después un fuerte pitido, un ruido fuerte y agudo. Después la nada.
Eduardo vio desde fuera como se rompían los cristales del bar y era empujado con fuerza hacia
atrás, después se quedó inconsciente en el asfalto.
En el lado opuesto de la plaza y en el mismo instante la onda expansiva lanzaba el coche de Clea
hacia la derecha, atropellando mortalmente a David (Avellan) justo cuando iba a cruzar la
carretera. El coche, Clea y David se fundieron en uno, empotrándose contra el pilón de la fuente.
La explosión se oyó en bastantes kilómetros a la redonda.
Ese día murieron 25 personas en Alesanco.
Diez negritos fueron a tomar vinos y no quedó ninguno.
Desde el cuartel el agente Pelé y el agente Melé cuando oyeron tan tremendo ruido dedujeron
debido a su experiencia profesional que se trataba de una explosión de gas. En esos momentos
los guardias de Alesanco les estaban poniendo al corriente de todos los sucesos acontecidos en
la población en los últimos meses, muchas desapariciones y asesinatos de dudoso
accidentalismo, muy raro todo ello, en aquella pequeña población.
Mientras tanto, y con una hora menos, el Inspector Aniceto interrogaba en la comisaria de Gran
Canaria a Plátano y Plátana a causa de la muerte de Aurora. Pudiendo sacar poca información
concluyente. Pero el nombre de La Nety como autora de la Haricotiza volvió a surgir en ese
interrogatorio.
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