domingo, 22 de junio de 2014

CAPÍTULO 5


Esa mañana de lunes Natalia se levantó y después de desayunar ayudó a su abuela a plantar las
semillas de ricina en un tiesto atrás en el patio. Pusieron entre las dos el tiesto junto a la valla,
al borde del rio Tuerto. La ricina crecería rápidamente, y Natalia con ayuda de su abuela la
cuidarían muy bien.

Mientras tanto en la localidad de Santo Domingo de la Calzada se celebraban los funerales por
la muerte de Perry. La noticia sobre la muerte por sobredosis de aquel chaval había corrido como
la pólvora por la región.

Richi estaba en el entierro de su amigo El Perry. La misa fue muy solemne y el ataúd era de
madera color cerezo, claro y muy bonito. Cuando se terminó la misa, se produjo el traslado del
cuerpo al cementerio de dicha localidad. Entonces Richi se acercó por detrás a Cheetos.
-“Hola Cheetos, tenemos que hablar”. Le susurró Richi.
El Cheetos se dio media vuelta con cara de pena y le indico que esperase a que se acabase el
funeral.

Marta vio a Richi mucho más adelante que ella en la procesión hacia el cementerio. El Perry era
hijo de un primo de su madre y había ido junto con su madre al funeral a Santo Domingo.
Después del funeral Richi y el Cheetos se acercaron al coche del Cheetos y Richi sacó una bolsa
de 100 g de Haricotiza.
-“Mira esto se llama Haricotiza, es lo que tenía El Perry”. Dijo Richi mirando hacia los lados.
-“ Joder Tordo, Haricotiza?, que coño es eso? De donde lo has sacado?”. Preguntó El Cheetos.
-“Eso da igual, he investigado y esta mierda es nueva y muy buena. Creo que con esto podemos
hacer un negocio de cojones.” Le dijo Richi al Cheetos.
-“ Esa mierda mató a mi amigo, quien coño la está haciendo?, dímelo joder!!!”. Bramó El
Cheetos.
-“Eso da igual, tranquilízate. Me han prohibido decir nada, pero podemos sacarle partido a esto.
Esto es una bolsa de 100 gramos, tengo 4 más. Crees que podrás venderla en una semana?”. Le
preguntó Richi al Cheetos.
-“ Primero tengo que probar su riqueza y lo que hace, pero parece muy buena mierda, no sé yo…
no me convence, yo solo quiero saber quién cojones la fábrica tío!!!”. Chilló el Cheetos muy
afectado, sus ojos estaban llorosos.
-“Déjate de mierdas y hazme caso, esto es mejor que la mierda de burundanga que vendes. Cada
semana te traeré más, tu solo tienes que preocuparte de darle salida. Esto solo lo vas a vender
tú, fíate de mí, tenemos la exclusividad de esto, el mercado es nuestro, es una oportunidad de
cojones, créeme.” Dijo Richi.
-“No sé, bueno, por probar… Dame esta mierda, 500 gramos?, eso es fácil. El lunes a primera
hora quedamos en la orilla del canal. Más te vale que tengas razón. Toma 100 euros y vas que
chutas. A ver a cuanto puedo vender esta mierda.” Dijo El Cheetos sacando dos billetes de 50
euros de la guantera y dándoselos a Richi.
Rápidamente el coche arranco y mientras Richi veía alejarse el Ford a toda velocidad calle abajo,
una sombra apareció detrás de una esquina.
Richi estaba metiéndose los billetes en la cartera cuando al darse la vuelta la vio. Era Marta.
-“ Hola Tordo, la madre que te parió, Estabas pasando droga!!!”. Dijo Marta.
-“Esto yo…, no era una cosa para El Cheetos, eso…”. Richi balbuceaba.
-“Que sí, que sí que eres un puto camello, anda no me vengas con cuentos. Ahora me dirás que
era para pagar tu carnet de conducir.” Dijo Marta.
-“Bueno me has pillado, vale, te lo contaré. Esta tarde en el chamizo a las cinco hemos quedado.
Ven y sabrás todo.” Le dijo Richi a Marta.
-“Osea que hay más gente en el ajo, joder, menuda cuadrilla de traficantes.” Dijo Marta.
Richi y Marta se despidieron. Richi no había tenido más opción que decírselo, una más dentro
de lo que fuese eso que estaban haciendo. Marta se fue a casa con la mosca detrás de la oreja y
con dudas también.


Esa tarde quedaron en chamizo y aparecieron Edu, Richi y Natalia. Más tarde llegó María junto
a su hermano Alberto. Marta se retrasaba.
-“ Pero que cojones hace Alberto aquí?”. Preguntó Natalia.
-“ Es que no me pensabais decir nada?, mi hermana me lo ha contado todo, lo de Itziar bueno,
pero menuda tragedia lo de Ángel”. Dijo Alberto.
Alberto había pillado a María con unas manchas rosas en la cara, debían de ser manchas de
cuando estaban cortando la Haricotiza y María no supo mentirle. María se había empezado a
ponerse nerviosa mientras le preguntaba Alberto que era lo que tenía en la cara y ella había
acabado confesándolo todo.
Richi habló a todos de su encuentro con Cheetos y de lo que había pasado.
-“ Joder osease que tenemos 100 euros para repartir entre todos?, pues menuda mierda. Y
encima ahora uno más”. Dijo Natalia.
-“Pues mientras estaba con Cheetos, Marta me ha visto y le he dicho que suba, supongo que
vendrá en breves”. Dijo Richi.
-“Joder cojonudo, ahora somos dos más. Natalia, Alberto, Maria, Marta, David, Richi y yo”. Dijo
Edu.
-“Pues es una mierda de dinero, hay que producir más y subir el precio”. Dijo Alberto.
-“Hay que hablar con Cheetos y decirle que nos pague más, a saber cuánto se sacara este por
vender nuestro producto”. Dijo María.
-“Si, yo iré a la próxima reunión con Richi, no os preocupéis”. Dijo Natalia.
Esa semana David no estaba, porque estaba estudiando en León. Así que esa semana habían
quedado en el chamizo para fabricar ahí la Haricotiza a falta del taller de David. Estaban
hablando y juntando los componentes para hacer una nueva remesa de Haricotiza cuando justo
entró Marta.
-“Pero que cojones estáis haciendo, sois unos putos trapicheadores, a ver quién me lo explica.”
Dijo Marta.
Todos se pararon y miraron a Marta. Entre todos se pusieron a explicarle toda la movida, todo
lo que había pasado desde el principio.
-“Pues estáis todos jodidamente locos, yo no pienso participar en esta merienda de negros,
habéis matado a Agapita y a Ángel y como si nada”. Dijo Marta.

Todos se pusieron a discutir con ella para que no dijese nada, la cosa se empezó a calentar.
-“Ale, marcho a mear arriba que dais mucho por saco, todo el día discutiendo.” Dijo Richi, y salió
fuera del chamizo.
Marta no cedía a los argumentos que estaban proponiéndole y cada vez estaba flipando más.
De repente se callaron todos y se quedaron boquiabiertos. Había ruido en la calle de un tractor
que pasaba.
-“ Pero ahora que pasa?, que no me miréis así, que no pienso participar en esto, vais a ir todos
a la cárcel de cabeza. Dijo Marta.
-“Me estáis escuchan…crataplum plum cata plum crack, wirri, crack, pum. Marta no pudo
terminar la frase.

Todo se volvió negro. La tele de la bodega apareció elevándose por encima de la cabeza de Marta
y de repente se incrustó en el cráneo de Marta que en un par de segundos murió y cayo
desplomada, muerta hacia adelante. La televisión no se la quito de la cabeza al caer, era como
una especie de broma macabra. Richi estaba detrás jadeando. Richi había solucionado el
problema que el mismo había creado. No tenía que haberse dejado ver, había sido un descuido
muy grande que Marta le hubiese visto hablando con El Cheetos en Santo Domingo.
-“Joder, como pesaba la tele. Bueno problema solucionado, yo lo cree yo lo he arreglado”. Dijo
Richi mirando a todos.
Todos se miraron muy perplejos y fue María quien primero habló.
-“Joder Tordo te has cargado la tele”. Dijo María.
-“ Esta muerta!!!, y ahora que hacemos”. Dijo Alberto.
-“Pues lo de siempre, deshacernos del cadáver, como se nota que eres nuevo Alberto”. Dijo Edu.
-“ Que estaba viendo Marta, Impacto total?”. Dijo María.
-“ Venga dejaros de chistes y al lio, como nos deshacemos de esto?”. Dijo Richi señalando el
cuerpo de Marta.
-“ Ya lo tengo!!!, como en el misterioso caso del boli verde”. Dijo Natalia.
-“ A la chimenea!!!”. Chillaron todos al unísono.
Edu y Alberto subieron arriba al lago y bajaron 3 gavillas mientras Richi encendía el fuego de la
chimenea de leña que había en el chamizo.
Entre los 3 chicos cogieron el cuerpo de Marta inerte junto con la televisión y lo metieron a la
chimenea mientras que Natalia y Maria limpiaban el suelo.
Al quemarse el cuerpo empezó a emitir una especie de zumbido: shhhhhh
-“Eso debe de ser el gas de la televisión”. Dijo Alberto mientras todos miraban hipnotizados el
fuego.

El zumbido se dejó de oír, y la chimenea empezó a escupir humo, humo de cuerpo humano,
humo de las entrañas del alma de Marta.

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