Fascinante aventura desarrollada en la población de Alesanco (La Rioja). 3º Parte de la trilogía "Alesancadas".
lunes, 9 de junio de 2014
CAPÍTULO 31
Mientras Xenia Panchitez y el agente Melé morían, Carlos Estévez seguía cara a cara con el
Inspector Aniceto. Carlos Estévez estaba apuntando al Inspector con su arma, mientras que el
Inspector Aniceto seguía interrogándole, para ganar tiempo. La pequeña pistola de mano que
llevaba en el tobillo derecho se le hacía cada vez más pesada, Aniceto necesitaba una distracción
de Carlos Estévez para poder sacarla rápidamente, no le quedaba mucho tiempo. Carlos Estévez
no tardaría mucho en encontrarla o en dispararle, ambas cosas Aniceto no se las podía permitir.
El tiroteo afuera empezaba a reducirse, las detonaciones de los disparos se hacían cada vez más
intermitentes.
-“Justo antes de que vinieseis a molestar, he mandado a mi mano derecha a darles una lección
a los chavales. Cuando consigamos la fórmula secreta de la Haricotiza el mercado mundial será
nuestro y esta pequeña fábrica de pueblo carecerá de importancia. Volveré a mi país con la
droga definitiva.”- Dijo Carlos Estévez sin dejar de apuntar a Aniceto.
-“ Chavales?, a quien más tenéis a parte de Natalia?.”- Dijo Aniceto preocupado.
-“Estas haciendo demasiadas preguntas, no crees?. A ese otro chico, al que llaman Tordo, o
Tordito o algo así. Richi creo que se llama.”- Dijo Carlos Estévez.
-“ No vais a salir de este país, no pasareis la frontera, tú y tus hombres vais a acabar entre rejas.
Te lo garantizo.”- Dijo el Inspector Aniceto.
-“ Jajaja, no ves el poder que tienen los Zetas?. Han podido crear toda esta tapadera, con todos
nuestras identidades falsas y ha funcionado, si no llega a ser por María…”- Dijo Carlos Estévez.
Mientras hablaban Carlos Estévez y el Inspector Aniceto iban poco a poco moviéndose de
manera instintiva, como en círculos, como un acto reflejo al hablar. El Inspector Aniceto estaba
justo al lado del coche de la guardia civil, el coche del agente Pelé, y Carlos Estévez estaba frente
a él, con la puerta de entrada del almacén a sus espaldas.
-“Basta ya de tanta tontería, ya hemos hablado bastante.”- Dijo Carlos Estévez.
Aniceto lo miraba, sabía que tenía muy poco tiempo, pronto moriría allí.
Carlos Estévez sacó un walkie talkie de un bolsillo interno de la chaqueta de su traje. Sin dejar
de apuntar al Inspector Aniceto, pulso un botón del walkie talkie.
-“ Xenia, donde coño estas?, tienes la formula?. Hay aquí un lio de cojones. Ven ahora mismo al
garaje, que tengo al pez gordo. Seguro que te gustará.”- Dijo Carlos Estévez por el walkie talkie.
Pero nadie respondía, Carlos Estévez se empezó a preocupar. Xenia Panchitez siempre respondía
a sus llamadas de manera rápida y eficaz.
-“ Xenia?, me oyes?.”- Volvió a hablar Carlos Estévez por el Walkie talkie.
El Inspector Aniceto, al ver lo que sucedía, no pudo evitar sonreír.
-“ Vaya, vaya, hay problemas? Parece ser que tu amiguita Xenia no es tan buena como creías
eh?.”- Dijo Aniceto a Carlos.
-“Cállate maldito picoleto de mierda.”- Gritó furioso Carlos Estévez.
Entonces Carlos marcó varios botones en el walkie talkie y llamó a las oficinas.
-“ María Aurelia Francisca Paca, me oyes?. Localízame a Xenia ahora mismo. Que venga al
pabellón de garajes, pero ya!”- Gritó Carlos Estévez por el walkie talkie.
Pero pasó un minuto, Carlos Estévez no decía nada, y el Inspector Aniceto frente a él, intentaba
encontrar una manera de salir de ahí. El cerebro del Inspector Aniceto iba a mil.
-“ Parece ser que nos hemos quedado solos tu y yo.”- Dijo el Inspector Aniceto.
-“ Mis hombres estarán entretenidos matando y mutilando a los tuyos, sabes lo que es la corbata
colombiana?.”- Preguntó Carlos Estévez.
-“Deja la maldita pistola en el suelo, bailemos tu y yo, y te enseñare como las gastamos aquí, en
España.”- Dijo el Inspector Aniceto con rabia.
-“ Parece ser que mi quería Xenia no puede venir y hacerte lo que le hizo a ese chino en Nájera
y a ese moro, así que te disfrutare yo solito.”- Dijo Carlos Estévez.
El inspector Aniceto lo miraba fijamente, sin decir nada.
-“ Ahora muere, hijo de la chingada.”- Dijo Carlos Estévez.
Carlos Estévez apretó el gatillo de su glock y la rodilla derecha del Inspector Aniceto empezó a
sangrar. El disparo fue potente y perforó sin ningún problema el traje del Inspector y el hueso
de la rodilla. El inspector Aniceto cayó de rodillas frente a Carlos Estévez, un dolor agudo le
invadía el cuerpo. Carlos Estévez sonreía mientras que en la cara del Inspector había una gran
mueca de dolor.
-“No habrá paz para los malvados.”- Susurró el Inspector Aniceto.
-“ Cállate Aniceto, que te meto.”- Dijo Carlos Estévez.
Carlos Estévez puso el cañón de su glock en la frente el Inspector Aniceto. El cañón estaba
caliente, Aniceto lo sentía. Solo faltaba que Carlos Estévez volviese a apretar el gatillo para que
todo hubiese acabado para el Inspector. Carlos se guardó el walkie talkie en el bolsillo.
-“ Ahora muere.”- Dijo Carlos Estévez.
El Inspector Aniceto cerró los ojos esperando su final.
El inspector Aniceto sintió una pequeña brisa de aire fresco azotarle en la cara y después de eso
llegaron los disparos. El primero de ellos sonó como a metálico, como si el disparo hubiese dado
en el coche de la guardia civil que el Inspector tenia a sus espaldas, el Inspector Aniceto no sintió
nada.
El segundo disparó sonó a cristales rotos como si el disparo hubiese hecho blanco en los cristales
de dicho coche, el Inspector Aniceto tampoco sintió nada, sólo le dolía la rodilla y mucho. Y el
tercer disparo sonó a bala atravesando carne, carne humana, a Aniceto tampoco le dolió.
Entonces Aniceto abrió los ojos, y vio que seguía con vida. Carlos Estévez se dio la vuelta con
cara de asombro y el Inspector Aniceto vio que tenía la espalda empapada de sangre, el color
blanco del traje que Carlos Estévez llevaba hacia que la sangre resaltase más.
Rápidamente Aniceto se agachó y sacó su pistola de la pernera del pantalón. Mientras Carlos
Estévez miraba hacia la puerta del garaje, que estaba abierta, El Inspector Aniceto se levantó y
con la mano izquierda cogió la mano de Carlos Estévez, evitando que este pudiese apuntarle.
Entonces Carlos Estévez se volvió, quedando cara a cara con el Inspector Aniceto. El Inspector
Aniceto con la mano izquierda sujeto la pistola de Carlos Estévez mientras que con la derecha
encañonó a Carlos en el estómago. La pistola de Carlos se disparó y la bala rebotó en la pared
de hormigón del garaje.
-“ Ahora muere, hijo de puta.”- Susurró el Inspector Aniceto mientras que apretaba el gatillo.
4 veces disparó el Inspector Aniceto su arma, y las balas se alojaron en el estómago de Carlos
Estévez. Carlos Estévez cayó al suelo empapado en sangre con el tiro en la espalda y los cuatro
en el estómago, tardó pocos segundos en morir.
Aniceto con su pequeña arma en la mano y con su rodilla destrozada levantó la vista del cuerpo
sin vida de Carlos Estévez y la vio. Natalia estaba en la puerta del pabellón, llevaba sus botas
rosas y su gorro rosa con un pompón en la parte de arriba. También llevaba en la mano derecha
una pistola que humeaba, en cuanto vio que el Inspector Aniceto la miraba, Natalia soltó la
pistola que cayó al suelo con un ruido sordo, metálico. El Inspector Aniceto se acercó hasta
donde estaba Natalia.
-“ Por todos los santos, La Nety…”- Dijo el Inspector Aniceto.
-“ Por favor, lléveme a casa, quiero irme a casa.”- Dijo Natalia entre sollozos.
-“ No te preocupes Natalia, todo ha pasado. Ahora ya estas a salvo.”- Dijo El inspector Aniceto.
El Inspector Aniceto seguido por Natalia salió lentamente del pabellón utilizado como garaje. En
los exteriores del complejo cárnico-industrial Hermanos Cerdo todo era caos, muerte y
destrucción. El olor metálico y a podredumbre de la sangre flotaba en el ambiente. Ya no se oían
más disparos, los coches seguían ardiendo y había cristales rotos y cosas en llamas por todos los
sitios, pero ya no se oían más disparos.
Natalia y el Inspector Aniceto caminando poco a poco atravesaron el complejo, dejando atrás el
cadáver tiroteado de Carlos Estévez.
-“Siento no haber apuntado mejor, era la primera vez que cogía un arma.”- Dijo Natalia a
Aniceto.
-“No te preocupes, lo has hecho muy bien. Me has salvado la vida.”- Dijo el Inspector Aniceto.
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