domingo, 22 de junio de 2014

CAPÍTULO 6


El cuerpo de Marta seguía quemándose, solo un pie salía fuera de la chimenea, todo el cuerpo
al mismo tiempo no cabía. Poco a poco Edu lo iba empujando con un palo a la vez que se
consumía y hacia hueco en la chimenea. El decrepitar de las llamas era hipnótico.

Un ruido de motor diésel que iba acercándose, un frenazo en la puerta del chamizo, el fuego de
la chimenea era hipnótico. Todos estaban mirando y reflexionando sobre todo lo que había y
estaba pasando. La puerta de la bodega se abrió, un fuerte portazo, era Jorge. Jorge es el
hermano, o era el hermano de Marta.

-“ Hola chicos, estáis por aquí hoy?, he pasado con la furgoneta del campo y he visto que teníais
encendida la chimenea, que salía humo. Estáis asando o quemado algo o qué?”. Preguntó Jorge
acercándose al cuarto donde estaba la chimenea.
-“Pues sí, aquí estamos esto…”. Balbuceo María.
-“ Pero que cojones estáis quemando, una persona, espera, esas zapatillas…Son de mi
hermana!!!”. Dijo Jorge a la vez que se acercaba.
Jorge se adelantó a la chimenea empujando a Alberto y a Richi y se quedó mirando el fuego.
-“Habéis matado a mi hermana, hijos de puta”. Dijo Jorge conmocionado.
-“Esto no es lo que parece, o bueno si”. Dijo Alberto levantándose.

Entonces todo ocurrió muy rápido. Edu cogió un taco de madera que había al lado de la
chimenea intentando agredir y darle a Jorge en la cabeza, pero Jorge lo cogió y se lo arrebato de
las manos sin ninguna dificultad. Jorge se lanzó de cabeza a por Edu, envolviéndose ambos en
una encarnizada pelea por toda la habitación. El microondas acabo en el suelo, provocando un
fuerte estallido, cosa que hizo enfurecer a María. María se lanzó al cuello de Jorge, pero solo
pudo agarrarle un brazo y empezó a mordérselo. Jorge chillaba, Edu también. Natalia estaba
horrorizada viendo la espeluznante escena desde una esquina de la habitación. Poco a poco
Natalia había ido retrocediendo hasta agacharse al lado de una de las paredes de color rojo de
la habitación de la chimenea. Esta agazapada en el suelo mirando con espanto todo lo que
ocurría.
Richi se lanzó a la pelea, intento morderle un huevo a Jorge pero no pudo, Jorge era un digno
adversario. Daba mamporros en la cabeza a Edu mientras intentaba deshacerse de María que
se había agarrado a su brazo como una autentica lapa. Edu, Jorge, María y Richi estaban
peleando como no lo había hecho en sus vidas. Richi, Edu y María tenían que detener a Jorge,
que había aparecido en el chamizo en el peor de los momentos, habían arriesgado mucho para
perderlo todo ahora, por una simple casualidad. Jorge luchaba por entender y reventarles la
cabeza a esos desgraciados que se supone que eran sus amigos, pero que se habían cargado a
su hermana. No sabía los motivos pero no necesitaba saberlos, y encima los muy cabrones se
querían deshacer del cuerpo.

Mientras todo esto ocurría Alberto aterrado salió del chamizo corriendo. Llego hasta la puerta
de su coche y le dio al botón de abrir del mando.

-“Joder, no me puedo marchar y dejar todo esto así, es una puta locura”.- Pensó Alberto.

Alberto cerró la puerta con un gran portazo y se dirigió hacia la parte trasera de su coche, abrió
el maletero. Desde fuera se oían unos gritos atroces, parecía que alguien estuviera matándose
dentro, y nunca mejor dicho. Natalia también gritaba con las manos en las orejas y agachada.
Alberto entro en la bodega y se dirigió a la habitación de la chimenea. Llevaba en la mano
derecha la llave de apretar los tornillos de las ruedas del coche. Se dirigió con paso decido hacia
donde estaban los cuatro pegándose en el suelo. Jorge le dio una patada en la cara a Alberto,
que empezó a sangrar de la nariz. Alberto se volvió quejándose. Eduardo tenía la cara llena de
sangre. Alberto cogió la llave y golpeo fuerte hacia abajo, Richi aulló de dolor. Alberto había ido
a darle a Jorge pero este se había movido y Alberto había descargado toda su fuerza sobre una
de las piernas de Richi. Alberto volvió a levantar los brazos y esta vez se aseguró mejor, Alberto
bajo los brazos rápidamente. Se oyó un ruido seco. Jorge se quedó inmóvil.
-“Joder como pesa el cabrón”.- Dijo Edu mientras salía de debajo del cuerpo inmóvil de Jorge.
Richi y María se levantaron del suelo, estaban jadeando. Edu se levantó y se miró las manos, las
tenía manchadas de sangre. Edu se limpió la cara mientras Natalia salía de la esquina de la
habitación. Los cinco se quedaron mirándose alrededor del cuerpo de Jorge.
-“Voy a limpiar esta llave y la vuelvo a dejar en el coche”.- Dijo Alberto.
-“Joder habéis dejado todo esto destrozado”.-Dijo Natalia.
-“Bueno pues creo que tenemos que deshacernos de esto también”.- Dijo Edu señalando el
cuerpo.
-“Hay que borrar todas las huellas de lo que ha pasado y encima tenemos que deshacernos de
la furgoneta”. Dijo Richi.
La furgoneta seguía arrancada parada enfrente de la puerta del chamizo.
-“Joder y con eso que hacemos, no podemos quemar la furgoneta”.- Dijo María.
Entre Edu, Richi y Alberto metieron poco a poco el cuerpo de Jorge a la chimenea. La chimenea
ahora tenía dos cadáveres quemándose en sus entrañas. Mientras estaban los cinco recogiendo
toda la habitación y limpiando todo al calor de la chimenea a Richi se le ocurrió algo.
-“ Joder ya está! cogemos la furgoneta y la reventamos!!”.- Dijo Richi.
-“ No digas chorradas, que me escuece mucho la cara tío!!!”.- Dijo Edu.
-“Venga Natalia acompáñame que tenemos que deshacernos de la furgoneta, que seguro que
pasa alguien ahora y la ve”.- Dijo Alberto.
Mientras los demás recogían todo el desastre provocado, Alberto y Natalia se subieron a la
furgoneta del padre de Jorge que estaba aparcada en la puerta y se dirigieron camino de
Torrecilla.
-“Vamos a tirarla al canal, así la gente pensara que Jorge al volver del campo se ha caído con el
coche al canal”.- Dijo Natalia.
-“Muy buena idea”. Dijo Alberto girando bruscamente hacia la derecha en la intersección
dirección al canal.

Cuando llegaron al canal Alberto freno enfrente del canal y se bajaron los dos, había mucha
agua. En el canal bajaba un gran caudal de agua y había mucha corriente, nadie sospecharía
nada.

Pusieron el coche en punto muerto y lo empujaron, la furgoneta cayo como peso muerto al
canal. Al principio se quedó flotando pero poco a poco se fue hundiendo. Natalia y Alberto se
quedaron mirándola unos instantes. Cuando la furgoneta se acabó de hundir todo lo que la
profundidad de dicha canalización de hormigón le permitió se dieron la vuelta y se pusieron a
caminar dirección al chamizo. El paseo duro 15 minutos, pues el canal estaba a las afueras del
pueblo y la bodega que utilizaban como chamizo también. Durante el camino no se dijeron nada,
simplemente se limitaron a caminar juntos.

Cuando llegaron al chamizo estaban Richi, Edu y María mirando el fuego con las miradas
perdidas. Eduardo ya tenía la cara limpia y a Richi ya no le dolía prácticamente nada la pierna.
Los tres chavales se volvieron cuando oyeron entrar a la bodega a Alberto y Natalia.
-“Ya nos hemos deshecho de la furgoneta, no podemos decir nada a nadie, en cuanto
encuentren el vehículo empezaran a buscar el cuerpo.”- Dijo Alberto.
-“Estamos todos de mierda hasta las orejas.”- Dijo Natalia.
Los cinco esperaron a que se consumiesen por completo los dos cuerpos y después limpiaron la
chimenea de cenizas que tiraron ayudándose con unos cubos en una finca al lado de la bodega,
dejaron todo bien limpio y se marcharon a sus respectivas casas.


El Cheetos vendió la Haricotiza mucho más rápido de lo que creía, esa mierda se vendía sola. La
gente era un poco reacia al principio por ese color rosa tan raro, pero a la vez era ese color rosa
era lo que permitía diferenciarse de otras sustancias. Había empezado el reinado de la
Haricotiza.
-“Joder, aquí puede haber un filón cojonudo, el puto Tordo tenía razón. Tengo que llegar al
productor de esa nueva sustancia, es cojonuda.”- Pensó el Cheetos mientras se frotaba las
manos en su casa de Torrecilla.

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