Viernes, 22:00 horas, Natalia Zaldívar salía de casa de su abuela Cata, situada en la plaza del
pueblo de Alesanco. Era la noche del viernes y siempre quedaban para echar un café los amigos
en un bar de la plaza, a ella le pillaba muy cerca. Llevaba las botas de agua oscuras que siempre
se ponía para tomar café los viernes por la noche.
Llegó al Leonor, que era el bar donde habían quedado y saludó a la camarera.
-“Hola Sandra, ponme un Cola cao, anda”. Le dijo Natalia a la camarera del bar.
La cafetera hizo el mítico ruido de cuando se calienta la leche, Sandra le puso el café. Natalia
siempre pagaba al final, cuando se iban, siempre.
Entro con el café al reservado donde solían quedar y ahí estaban David, el hijo del herrero del
pueblo y yo, que soy el narrador y el escritor. Ángel Y David estaban discutiendo sobre la
aparición de una huella de dinosaurio que habían descubierto ese día por la mañana en Enciso,
una población riojana situada en la senda de los dinosaurios.
-“Hola chicos, Que hacéis”. Les Dijo Natalia.
En ese instante entró María Espiga con otro Cola cao en la mano.
-“Mira tengo un Colocado y no está muerto, no está kao “. Dijo María sin hacer ni puta gracia,
para variar.
Se sentaron y empezaron a hablar Natalia con María y David con Ángel, y entre todos, entonces
María se acordó de algo y saco del bolsillo derecho un paquete de color rosa muy compacto.
-“Mira Natalia, lo he comprado esta tarde en el chino, son tizas de color rosa superguays. Las
voy a usar para las clases de nuestras prácticas de magisterio.” Dijo María y dejó el paquete
encima de la mesa.
Mientras Natalia abría el paquete de tizas para ver cómo eran y María daba vueltas a su colocado
y tiraba un poco de polvo marrón en la mesa entró Richi.
-“ Hola panda que hacéis?, que he venido de Haro a echar un algo, que me ha traído mi amigo
el Perry.” Dijo Richi señalando a un amigo que tenía detrás.
-“Encantados chavales, tordo me salgo afuera a fumar.” Le Dijo El Perry a Richi.
Richi se sentó y observó cómo Natalia jugaba con las tizas, cogió Richi una tiza y la partió.
-“Mira vamos a hacer rayas con esto, coca de colores, jajaja.” Dijo Richi mientras trituraba una
tiza.
-“Joder Richi que me vas a joder las tizas, trae para aquí el paquete, que es mío.” Dijo María
quitándoles el paquete a todos.
En esos instantes entró Eduardo con una cerveza en la mano.
-“ Que pasa Edu, ya has salido de trabajar?” Preguntó Ángel a Eduardo.
-“Si acabo de venir de cenar y aquí estoy. Menudo puto día que he tirado hoy”. Dijo Edu.
Eduardo se sentó con David, Natalia, Ángel, María y Richi en la mesa.
-“ Que hacéis con esos polvos, droga o qué?, jaja”. Dijo Edu mientras miraba las rayas de color
rosa con las que estaba jugando Richi en la mesa.
-“Estos haciendo guarradas con Cola Cao y tizas”. Dijo David señalando a la mesa.
Eduardo cuando vio la guarrada se levantó y fue a por su chaqueta que la había dejado en una
esquina del reservado tirada en un sofá que estaba libre. Hurgo con los dedos en un bolsillo y
saco un puñado de harina.
-“Mira yo también tengo mierdas de la fábrica, se te llena de harina los bolsillos escapado,
además esta tarde ha volcado un camión con una harina nueva que estamos haciendo en la
fábrica”. Dijo Edu mientras ponía un montoncito de harina en la mesa.
Eduardo trabaja en Harineras Riojanas una fábrica donde se hace harina, situada en Nájera.
.” Pues entonces vamos a añadir un poco más de esta mierda.” Dijo Richi mientras mezclaba el
colocado con la harina y la tiza. La mezcla seguía estando de color rosa.
-“Y échale un poco de sustancia liquida”. Dijo Natalia mientras con la cucharilla del cola cao le
echaba unas gotitas de leche con cola cao a la mezcla.
.” Menudo barrizal que habéis preparado kinkis.” Dijo tordo mientras revolvía todo en una
mezcla homogénea.
.” Venga ahora a metérselo por la nariz.” Dijo Ángel.
-“No hay cojones”. Dijo Edu.
Richi sacó la funda del paquete de tabaco que llevaba en el bolso y lo llevo con esa mezcla.
-“Espera que se lo voy a dar al Perry, que entiende de estas cosas a ver si se lo mete, jajaja”. Dijo
Richi.
-“ A ver a que sabe esta mierda.” Dijo Edu mientras cogía un poco con el dedo y se lo metía en
la boca.
-“Joder esta asqueroso, llévaselo al Perry, a tu amigo ya verás a la cara te lo va a tirar.” Le dijo
Edu a Richi.
Richi salió afuera a fumar llevaba la sustancia rosa en la mano derecha.
En la puerta del bar, en una silla de terraza está el Perry fumándose un porro con un amigo, los
dos estaban charlando cuando llegó Richi.
-“Mira que mierda nueva he conseguido Perry, a que no la pruebas.” Le dijo Richi al Perry
mientras le daba el paquete rosa.
-“Pero que mierda me estas contando Tordo, que chorras es esto.” Dijo el Perry quitándole el
paquete a Richi.
El Perry metió el dedo y lo probó, puso cara de asco y tiro el paquete a la mesa de terraza de
color aluminio que tenía enfrente de él.
-“ Anda Tordo, esto es una puta mierda, déjate de gilipolleces, y vamos pa casa, te llevo a Haro,
que mañana tengo cosas que hacer”. Dijo el Perry mientras se levantaba y buscaba las llaves del
coche.
Salieron del bar Ángel, Natalia, David, Edu y Maria. Se despidieron de Richi y del Perry y se fueron
a casa, ya eran las 12:30 de la noche.
El Perry se fue hacia el coche mientras Richi se volvió, cogió el paquete de encima de la mesa de
terraza y se lo metió al bolsillo mientras se montaba en el coche del Perry.
El Seat León color rosa del Perry paró en una calle cercana de la plaza de toros de Haro.
-“Bueno tronco, a casa con el recado Tordo, a ver si mañana estamos, que yo iré a Alesanco por
la mañana”: Le dijo El Perry a Richi, mientras este se bajaba del coche rosa.
-“Toma esta mierda cómetela, mañana estamos, jaja”. Le dijo Richi al Perry tirándole el paquete
rosa que llevaba en el bolsillo al coche y cerrando rápidamente la puerta.
-“Puto Tordo de mierda”. Dijo el Perry mientras aceleraba y se alejaba a gran velocidad con el
coche dirección Santo Domingo de la calzada.
La funda transparente con la sustancia rosa viajaba con él, en el suelo del asiento del copiloto
del Seat León.
9:00 h de la mañana del sábado en el que iba a morir, El Perry se levantó y bajó a desayunar en
su casa de Santo Domingo. Había quedado con el Cheetos en las cercanías de Alesanco para que
le pasase el material que tenía que vender ese mes. La verdad que el negocio no le iba mal, el
Cheetos era de fiar y su material no era del todo malo.
Cogió el dinero que le tenía que entregar al Cheetos, lo metió en un sobre y lo puso en la
guantera del coche, encima de los papeles del seguro de su Seat León.
El trayecto a Alesanco se le hizo rápido, mientras conducía iba haciendo sus cálculos mentales
de lo que tenía que hacer para sacar el máximo partido a ese pedido, era mucha la burundanga
que le había mandado hacer a su amigo de Torrecilla, pero estaba seguro que lo iba a poder
vender a tiempo.
Llego a las orillas del canal que servía de base al riego de la población de Alesanco y Torrecilla,
traía agua desde el pantano del embalse de Mansilla de La Rioja, pero como esta mierda no le
interesa a nadie, sigamos.
Paró el coche en el arcén, no quería llamar la atención, pero ese era un buen sitio para el
intercambio, seria rápido.
Eran las 10:15 h y hacia un frio de cojones, así que paró el motor del coche y El Perry se puso a
esperar a que diesen las 10:30 h que era la hora acordada.
Empezó a tocar los botones del salpicadero y a hacer tiempo con el móvil, de repente se fijó en
algo en el suelo. Era la puta mierda esa que le había tirado Richi dentro del coche.
El Perry cogió la bolsa y la tocó, parecía que de alguna manera se había solidificado aquella
sustancia de color rosa. Cogió una tapa de un cd y se echó un trozo, aquello y el aburrimiento
de esperar le estaba llamando la atención, además el Cheetos nunca era puntual. Pues como
que no quiere la cosa se hizo una raya, y vacío unos instantes. Pero al final se la metió. Toda la
raya. Después se rio de sí mismo, se había metido una mierda que ni siquiera colocaba.
Pasaron 2 minutos, y empezó a sentir calor, se quitó la sudadera. De repente hacía mucho calor
dentro del coche.
“Joder, a ver si ahora me va a sentar mal esta mierda, me he metido un montón”. Pensó el Perry
mientras salía del coche. Se apoyó en el capó mientras todo le empezaba a dar vueltas, sus
piernas temblaban, de repente su cuerpo empezó a pesar mucho. Empezó a ver dragones rosas,
caballos rosas, unicornios rosas, todo tipo de mierdas de color rosa. Su cara empezó a ponerse
cada vez más blanca, hasta que se desmayó, cayendo redondo detrás del coche. Su cuerpo
empezó a tener convulsiones, y finalmente su corazón dejó de latir. Había tenido una sobredosis
de aquella sustancia rosa, que todavía tenía en la mano, en la mano de su cuerpo inerte.
He de decir que mis chistes no son tan malos como ese...
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